Investigadores de la universidad escocesa de StrathClyde crearon una pintura que podría salvar vidas ya que será capaz de detectar las fallas de las estructuras a niveles nanoscópicos.
La pintura se compone de nanotubos de carbono altamente alineados que transportan una corriente eléctrica y otro compuesto llamado ceniza volante o “fly ash”, un aditivo mineral que proviene de la combustión de carbón. Cuando son mezclados se crea una pintura parecida al cemento de alta durabilidad.
Cuando los nanotubos de carbono se doblan, afectan a la conductividad eléctrica e indican que existe un defecto en la estructura. Estos cambios se transmiten por comunicación inalámbrica a través de nodos que están impregnados en la superficie del edificio.
Esto permitirá tomar las medidas pertinentes para evacuar el edificio o puente si fue dañado durante un terremoto u otro incidente. También será una herramienta útil para los ingenieros para que reporten las anomalías de la estructura y se pueda reparar posteriormente o demoler, lo cual reduciría los costos.
El sistema de comunicación inalámbrica requiere baterías para que funcione, aunque los investigadores creen que será posible que se pueda obtener la energía de algunas de las estructuras que recubre la pintura. Por ejemplo, instalando paneles solares en las estructuras o aprovechando las vibraciones (como en los túneles de los trenes) siendo auxiliares de la pintura y los nodos para que puedan trabajar de forma eficiente.
La pintura también servirá para preservar la estructura una vez que es aplicada por lo que ampliaría su vida útil. Tal es el caso de los puentes, los cuales resienten constantemente las inclemencias del clima. Según los investigadores, fue desarrollado un prototipo y ha demostrado ser altamente efectivo. El siguiente paso será la realización de una prueba piloto en la ciudad escocesa de Glasgow.
Fuente: fayerwayer.com
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