Un equipo liderado por el profesor de Psicología Ian Spence en la Universidad de Toronto (Canadá) ha demostrado que jugar a un videojuego de acción, incluso durante un período de tiempo corto, provoca cambios en la actividad cerebral y mejora la atención visual. El trabajo se publica en la revista Journal of Cognitive Neuroscience.
Para llegar a esta conclusión, 25 sujetos que nunca habían manejado videojuegos pasaron 10 horas en sesiones de una o dos horas jugando con una consola, bien a un juego en el que debían disparar (16) o bien a un puzzle tridimensional (9).