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Dicho complejo destaca por estar ubicado en el terraplén de una cantera abandonada y parcialmente inundada de agua. El diseño de Atkins, inspirado en el agua y en el entorno de la cantera, atrajo la atención del jurado y consiguió imponerse a los otros 2 estudios internacionales presentes en el concurso.
El innovador diseño del hotel de 400 habitaciones emerge desde la cantera, de 100 metros de profundidad, y asoma un par de plantas sobre el nivel del suelo.
El complejo incorporará espacios para conferencias, salas de convenciones y celebraciones, restaurantes e instalaciones deportivas. Asimismo hara uso extensivo de algunos conceptos destinados a conseguir el mínimo impacto ecológico y energético, como las “cubiertas verdes” y el aprovechamiento de la energía geotérmica. Contará con dos niveles bajo el agua que albergarán un restaurante y habitaciones con ventanas al acuario. Asimismo, en esos niveles inferiores se instalarán también facilidades destinadas a la práctica de deportes acuáticos.
Practicamente todas las habitaciones del hotel cuentan con vistas al barranco y terrazas. Uno de los elementos arquitectónicos más llamativos del complejo es la estructura de acero y cristal que cae delante de los edificios, simulando una cascada.
Este es el estado del terreno natural:
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